Artículo de opinión del tertuliano de El Albero
Ángel Arranz, escritor y tertuliano del programa El Albero de la Cadena COPE, ha escrito un artículo de opinión sobre José Tomás a raiz de sus dos últimas actuaciones en Las Ventas.
Ángel Arranz
- 27-06-08
José Tomás
Con su permiso y con brevedad, intentaré justificar a través del siguiente decálogo, el porqué hay un antes y un después de José Tomás, a raíz de sus actuaciones en Las Ventas los días 5 y 15 de junio del año 2008 como afirmé en el programa radiofónico EL ALBERO.
1ª) SU PUESTA EN ESCENA. Casi desde sus comienzos, y más desde su reaparición hace un año en la Monumental de Barcelona, los limitados pero suficientes paseíllos de José Tomás, han ido precedidos de auténticas expectaciones que rebasan con creces los círculos y circuitos taurinos. Si idiosincrasia, gallardía y entorno dan la categoría y solemnidad que todo acontecimiento taurino merece. Poco o nada que ver con el montaje frívolo, cómplice, déspota, rutinario o casposo del taurinismo casi al uso.
2ª) TOREA Y DEJA TOREAR. Podía y puede sumar más corridas y dineros, pero, parece que en su escala de valores predomina: “el vive y deja vivir”; es decir: “toreo y dejo torear”. Por supuesto, al igual que todos los personajes íntegros y sensatos, da prioridad a la calidad sobre la cantidad. Como llena las plazas, los emprendedores, empresarios o especuladores no le suelen anunciar en el mismo cartel con otras figuras: ¿pero cuantas figuras estarían dispuestas a sortear, alternar y seguir con frecuencia la emoción – conmoción que despierta José Tomás? Tienen mucho coraje los compañeros que se anuncian y actúan con el de Galapagar. Ha puesto en evidencia las carencias de las estadísticas.
3ª) SU SENTIDO DE LA UNIDAD EN EL CEREMONIAL DE LA CORRIDA. En las muchas “corriditas” de la pasada y pesada feria de San Isidro apenas se había toreado de capote. Apenas se habían dado ventajas a los toros. Apenas dejan lucir, o se lucen picadores y banderilleros. Ese histórico 5 de junio hubo variedad, colaboración, precisión, unidad y belleza, individuales y colectivas, en la bárbara y sagrada liturgia taurina. Poco o nada que ver con esa pseudotauromaquia posmoderna o modorra –de moda-, reducida a “faenitas” bipartidistas de muleta a base de pocos y mediocres naturales, y de múltiples derechazos repetitivos sin alma, corazón y vida. Claro que hay honrosísimas excepciones.
4ª) NO SE INMUTA ANTE LAS ADVERSIDADES. Es el lidiador que con más generosidad se aplica lo que dijo Belmonte: “para torear hay que olvidarse del cuerpo”. Su sentido de la responsabilidad lo define muy bien cuando dice y hace eso de: “antes una cornada que un paso atrás”. Ese sacrificio no es obligado, ni siquiera recomendado por sistema, pero tampoco justifica tantas excusas o pasos atrás de muchos colegas. De todos los toreros que he visto y analizado, es el que se pasa más cerca a más toros, y es el que menos se queja, enmienda y alivia antes las contrariedades límite que se puedan originar en el ritual melodramático del ruedo.
5ª) TIENE PERSONALIDAD PROPIA. Se agradece que en esta globalización de copias, fotocopias, inercias, imposiciones, controles o imitaciones sosas y romas del más de lo mismo en la aptitud y actitud de personillas y cosas, haya fenómenos iconoclastas que descubren horizontes con más verdades y honduras que las conocidas o establecidas. En eso consiste ser genuino y crear formas y fondos de ser, de estar y de sentir con adeptos que motiven el porvenir. Las decisiones que toma solo o en grupo dentro y fuera del ruedo para realizarse o conseguir objetivos, dan sopas con honda a muchos típicos-tópicos y costumbres agotadas, caducadas, maleadas o equivocadas que parecían imprescindibles. Dos muestras: su apoderamiento, o sus brindis al conjunto del respetable por encima de respetuosos brindis particulares. Poco o nada que ver con el mamoneo y manoseo de lo hipócrita o artificialmente “correcto”.
6ª) EXIGENTE HASTA LA PERFECCIÓN. Queda algún tontaina diciendo que a José Tomás, los toros le tropiezan bastante los engaños. Es un espejismo, a otros les tropiezan menos porque casi siempre se inhiben con esos toros que topan los engaños. Además José Tomás alarga las series o tandas de capote y muleta hasta lograr o intentar lograr la perfección en su concepción del arte de torear. Visualizar y estudiar sus demostraciones maestras y artísticas del día 5, o las prácticas épicas del día 15. ¿Se puede tener más afición y compromiso? Ha demostrado que hace los deberes con altruismo y aguantes infinitos a toros que hasta ahora creíamos que eran ilidiables o imposibles para éxitos y triunfos.
7ª) SU TAUROMAQUIA DERROTA AL TOREO POSMODERNO. Y nos da la razón a los que veníamos criticando y denunciando el adocenamiento de casi toda la tauromaquia actual. Ese confundir ética con cosmética, estética con sintética, postura con compostura o técnica con arte; en la cara, en la distancia, en la colocación, en el terreno, en el manejo de los “trastos” y en el embroque con el toro ya no tienen argumentos ni perspectivas de repercusión y continuidad. Ese toro, torero y toreo abundante, consentido y aburrido tiene las temporadas contadas. Y si llegan a televisar los sucesos “tomasistas” de los días 5 y 15 de junio del año 2008, el falso toro, torero y toreo posmoderno se hubieran derrotado al instante. Las autocríticas, reflexiones y opciones de unos y otros para UNA TAUROMAQUIA ADMIRADA POR MUCHOS Y RESPETADA POR TODOS son tan urgentes como inexcusables. Hay que sanear y reciclar todos los estamentos taurinos.
8ª) UN TORERO EXPERIMENTAL. ¿Porqué algunos toros cogen varias veces a José Tomás? Quizá porque está ensayando nuevas fórmulas, métodos o códigos para conseguir más vistosidad y expresividad en la lidia a toros que en principio no parecían reunir condiciones para dar el juego y fulgor que clama y reclama el público y el toreo propiamente dicho. Y lo hace con la sencillez, la “locura”, la calma y la naturalidad de los genios que han logrado transformaciones de cualquier tipo para el progreso o provecho comúnes. Desde fuera, y por intuición, parece que el hidalgo y enigmático lidiador está en esa mística tesitura porque ha demostrado en los principales escenarios taurinos del mundo que en su concepción del arte de torear ha igualado e incluso superado la perfección de otras máximas figuras de todos los estilos, escuelas o sensibilidades. Sus experimentos, extremos y únicos en muchas décadas a costa de cornadas, ya están agrandando y aproximando las metáforas clásicas del arte escénico del toreo con respecto a evoluciones, revoluciones o soluciones que dan sentido al arte y modo de vivir y compartir gustos y disgustos en equilibrio sin trucos ni trampas. Los impotentes, envidiosos o necios rumores del instinto vital de José Tomás, olvidan o desconocen los parecidos y rancios rumores que provocó Belmonte cuando transformó el movimiento de los lidiadores con los toros, a la quietud de los lidiadores ante los toros. En ocasiones, José Tomás traduce utopía por realidad. Es inmoral dudarle o exigirle más.
9ª) MÁS ALLÁ DE LA ESFERA TAUROMÁQUICA O TAUROMÁGICA. Es lógico que un artista innovador y creativo del calibre de José Tomás traspase barreras y fronteras acotadas o sectoriales. Su entrega y pundonor aparca la primitiva y eterna polémica de: “toros si o toros no”. La cuestión es vislumbrar, plasmar y contrastar la fuerza de la razón con la razón de la fuerza. Otra cuestión es “ser” por los valores internos, o “ser” por los valedores externos. Estamos ante un artista extraordinario y ejemplar. Poco o nada que ver con artesanos, deportistas o idolillos sobrevalorados y sobredimensionados del mundo mundial, porque son muchos los que igualan, han igualado o igualarán sus marcas, gestos y gestas, con y sin el plus que ofrecen adelantos o estimulantes. José Tomás es un prócer experimental de talla universal, que está a la altura de las principales y contadas personas misteriosamente elegidas capaces de señalar épocas, crear normas y hacer historia. Creo que para valorar y reconocer su rango humano y espiritual, hay que ser como mínimo, ciudadano competente y cabal de todo lugar y condición, al margen, en este caso, de las siete orejas cortadas o de polémicas secundarias. No todos los días, no todos los años, ni siquiera todos los lustros nacen genios con credibilidad y dedicación impagables. Es un lujo apoteósico y asequible ser testigo directo de las pasionales cumbres artísticas y experimentales que nos ofrece el incalculable corazón de José Tomás.
10ª) CONSECUENCIAS. La impronta tomasista produce secuelas de alcance y calado en el presente y futuro de LA TAUROMAQUIA. Por ejemplo:
Errores. Es un disparate pedir a todos los toreros el valor y las metas que desafía y consigue José Tomás en investigación y perfección. Pero también es un disparate dar o darse coba con la mandanga, el conformismo, el desencanto o la vulgar reiteración que se ponen de manifiesto en demasiadas tardes de toros. Es un error no reaccionar, o hacerlo a destiempo y contracorriente. ¿Qué “disparate” tiene más garantía y proyección?
Aclaración. Entiendo por toreo posmoderno, como el destoreo sistemático de la suertes descargadas; el destoreo por trazos y líneas rectas horizontales o en diagonal hacia las afueras incapaces de dominar y repetir las embestidas de los toros. El toreo posmoderno es el destoreo de orejitas en plazas consumistas, y que inspira palmas de tango en plazas consumadas a la quinta o sexta tanda que se repite sin ton ni son con las anteriores. El torero y el toreo posmodernos son derivados de los numerosos toros mansoinválidos, mansosuavones y mansodesconcertantes que salen por los chiqueros. En efecto, son antitoros bravos que dan sustos y cornadas, pero que cuestionan el mérito y vigencia de la verdadera Tauromaquia.
Aciertos. Las derrotas que imprime el solitario, solidario y discreto José Tomás no son humillantes. Invitan a cavilar para acertar o para equivocarnos menos en el rumbo y destino de nuestras vidas. El torero más “torpe” es una persona muy válida en otros menesteres. Las retiradas a tiempo son honrosísimas victorias. Hay que tomar notas taurinas y genéricas de las conclusiones a que obligan el antes y el después de las lecciones con pura ética tomasista. Rectificar es de sabios. Sin complejos, por el bien de la causa y de todos. El próximo elegido puedes ser tú, tú hijo, tu nieto, o el niño o niña que más aprecies, porque afortunadamente, el “don” no es hereditario. Se trata de no obstruir, se trata de no engañar o engañarse ante lo evidente. Salud, entusiasmo y suerte.
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