QUE VIVA LA FIESTA BRAVA! POR: óscar mejía

lunes, 26 de mayo de 2008

Otra tarde para el olvido



Manolo Juárez "El Poeta" ni parpadea.

Foto: José Luis Garcia / ESTO

26 de mayo de 2008


Miguel Ángel García

Se repitió la historia de hace ocho días: los novilleros han salido con las manos vacías de la Plaza México, mientras que la mayoría de los novillos de San Antonio de Padua, sin ser ejemplares, se han llevado el mérito.

El festejo prácticamente fue aburrido, con algunos detalles y si algo hay que resaltar, ha sido la actitud y entrega de Manolo Juárez "El Poeta", quien mostró argumentos significativos, aunque sin dirección. Por su parte, Arturo Saldívar dejó de ser aquel torero que una vez lució en grande en la capital, puesto que ayer no mostró ser quien es en realidad. Y Manolo Olivares escuchó gritos de ¡toro! en los dos ejemplares que lidió, siendo su primero el que mejores posibilidades tuvo para triunfar.

El encierro estuvo bien presentado y se dejó meter mano, fue idóneo para los novilleros, ya que no presentaron peligro mayor. No obstante, el ganado terminó por imponerse a los espadas, quienes no pudieron resolver las interrogantes.

PORMENORES

El público mejoró la entrada anterior y durante toda la tarde el sol abrasó fuerte con sus rayos, mientras que el viento se abstuvo de soplar. Al inicio del festejo el juez de plaza pidió un minuto de aplausos en memoria de don Eduardo Funtanet, ganadero de Funtanet, fallecido la semana antepasada. Y cosa extraña, esta vez no escuchamos en su esplendor a la banda de música. En la línea de los subalternos esta vez escuchó palmas el picador César Morales, por excelente puyazo al tercer novillo. A partir del cuarto toro, los novilleros se invitaron a banderillear y fueron aplaudidos.

SE LLEVARON EL MÉRITO

San Antonio de Padua, decíamos, terminó por llevarse todo el mérito del festejo y sin que la divisa haya lucido como en otras tardes, dio tristeza que los astados se fueran al destazadero con las orejas. El tercero -el más bravo- y quinto fueron con fuerza a los caballos, mientras que el resto cumplió. Los novillos fueron nobles, sin peligro, ideales para el triunfo, aunque la mayoría trajo siempre la cara arriba; claro, había que mandarlos para meterlos en la muleta. El segundo, tercero, cuarto y quinto, fueron aplaudidos en el arrastre, mientras que el primero y sexto mostraron complicaciones; el que abrió plaza, por su excesiva debilidad y el último, por sus embestidas descompuestas.

FALTA DIRECCIÓN

No hay duda que Manuel Juárez "El Poeta" posee cualidades y que es toda actitud en el ruedo; expone sin miramientos y tiene un aguante sorprendente cuando hay que quedarse quieto. Sin embargo, de pronto no sabe que más hacer, lo cual indica que carece de una buena dirección para estructurar faenas. Es un novillero que puede andarle a los toro con una muy buena preparación. En su primer astado anduvo rapidillo con la capa, lo mismo a la verónica que en quites por gaoneras; con las banderillas se dejó ver y fue aplaudido. Inició su labor de muleta rodillas en tierra, aguantando la fiereza del novillo. Se puso de pie y nunca pudo bajarle la cabeza al astado, ni siquiera intentó doblarse con él para atemperar las embestidas y ya no pudo hacer el toreo largo, que era su idea. Terminó su labor de pinchazo y estocada, aplausos a toro y torero.

Con su segundo, Manuel recibió de dos faroles y nuevamente mostró ganas y actitud. Se mantuvo en la línea de fuego ante los derrotes de su enemigo, aunque sin más idea para imponerse. Terminó con escalofriantes manoletinas y tras medio espadazo, bastó. Se retiró entre palmas.

FUE DESCONOCIDO

Arturo poco pudo hacer con su primer astado, el cual fue débil y soso, además, constantemente perdía los remos delanteros. Nada relevante, mató de una estocada atravesada y se retiró en silencio. Con su segundo, sólo detalles que no ayudaron a iluminar su actuación. Terminó de una estocada con la vida del novillo y palmas a toro y torero. El torero fue desconocido, en relación a las anteriores tardes.

LE GRITARON, ¡TORO!

Olivares quiso hacer su mejor papel y nunca terminó de hacerse entender. Quiere agradar, pero no le sale ni el salto para salir del ruedo al estilo "El Conde". Y quisiera quedarse más quieto que un poste, no obstante, al final mejor echa para atrás. Y claro, dejó escapar el triunfo que le regalaba el mejor ejemplar de la tarde -su primero- y en ambos astados escuchó gritos de ¡toro! consigna del público cuando el astado es mejor que el torero. En su primero, el mejor, no lo entendió y tras matarlo, aplausos al toro y división de opiniones al torero; en su segundo, pitos y aplausos al toro. publicado en el ESTO


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