"El triunfo ya pasó, hay que asegundar"
Miguel Ángel García
Un día después del triunfo y salir a hombros de la Plaza México tras haber bordado dos faenas en las que demostró oficio, valor, entrega y clase, el novillero Manuel González "Montoyita" vuelve a ser el muchacho veinteañero común y corriente. Gusta de viajar en metro y microbús, ya que por ahora es lo que tiene a su alcance; sin embargo, tiene fe en que pronto podrá comprarse un coche. Allá va "Montoyita", entre el mar de gente que viaja en el transporte público; al igual que la mayoría de los transeúntes, Manuel se encuentra sumergido en sus pensamientos. Lo que casi nadie sabe, es que en la cabeza del muchacho están las extraordinarias imágenes de lo que fue su actuación en la Plaza México, eso lo diferencia del mundo de personas que están a su alrededor. Sólo él sabe que carga con un torero triunfador.
Así llega a ESTO.
ENTREVISTA
Pareciera que no pasó nada, Manuel llega tranquilo, como lo hizo previo a su actuación en el gran coso. Realmente toma la situación con la cabeza fría, no brinca ni arde de alegría, más bien se mentaliza para lo que será su repetición, el próximo domingo.
-¿Qué fue lo que llegaste a hacer al hotel, tras tu actuación?
"Persignarme, dar gracias a Dios y a todos los santos que me encomiendo; luego me quité la ropa de torear y me di un baño. Ahí estaré nuevamente el próximo domingo y espero que sea con otro triunfo".
-Vemos que tu actuación en México la tomas con mucha tranquilidad.
"Es un triunfo importante y otro escalón en mi carrera, pero hay que tener los pies sobre la tierra; ahora lo importante es el festejo del domingo".
-¿Qué se siente salir a hombros de la México?
"Muy bonito, indescriptible... es con lo que sueñan todos los toreros y ahora yo soy afortunado por conseguirlo. Espero hacerlo muchas veces".
-¿No te vinieron a la mente tus tardes de entrenamientos en los campos de Ciudad Nezahualcóyotl?
"Sí, todo: las tardes buenas, las malas y las cornadas. Y das por hecho que todo tiene su recompensa y que nada es fácil".
-¿Te acordaste del señor Octavio Leyva? Su primer maestro, ya fallecido.
"Sí, siempre. Es una persona importante en mi vida, él me inculcó el amor por la fiesta y toda la vida lo tengo presente".
-Descríbenos tus faenas del domingo.
"Todo el día lo disfruté al máximo y estando en la plaza, no se diga. Al primero lo toreé a gusto por verónicas, luego, con la muleta, tuve que ayudarlo para que no cayera, pues era débil. Lo comencé a sobar por la derecha y hubo una tanda importante; cambié la muleta a la mano izquierda y la faena subió de tono, ya que tenía buen recorrido y lo hacía despacio. Había que llevarlo bien toreado, yo disfruté mucho y la gente se emocionó. Mi segundo novillo tuvo el mismo aire de debilidad y con la muleta comencé a sobarlo por el lado derecho y en toriles; fue una faena de entendimiento y al final el toro se convenció y logré pegarle tandas".
-Y con la espada estás letal.
"Sí, me he preparado y gracias a Dios estoy matando bien; ya sabes, las orejas se ganan con la muleta, pero se cortan con la espada".
-¿Qué te dijo tu familia?
"Todos están contentos, ya que ellos forman parte del equipo y también disfrutan el triunfo".
-¿Cómo te sientes cuando estás viajando en el metro?
"Me siento un torero de verdad, quizás no lo saben, pero yo llevo mi moral en lo alto. Y como tiene que ser: sin posturas, ni egocentrismos. Soy una persona sencilla en el metro, en el micro y en la calle".
-¿No quisieras viajar en un coche propio?
"Claro, pero todo es paso a paso; espero que los triunfos me permitan comprarme el coche que me gusta. Por ahora hay que arrimarse más; ya luego llegará".
-¿Ya piensas en la alternativa?
"No tardo mucho para dar el paso, sólo me hacía falta triunfar en la Plaza México y tomarla como Dios manda. Esta temporada será clave para marcar el rumbo y tomarla con fuerza, para eso me he esmerado", concluyó.
Manuel espera asegundar un triunfo el próximo domingo; por ahora, estará en el campo bravo y si queda un rato libre, es seguro que se ponga a armar un rompecabezas, uno de sus pasatiempos favoritos.
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