QUE VIVA LA FIESTA BRAVA! POR: óscar mejía

lunes, 19 de mayo de 2008

EN LOS MEDIOS


MATADOR DE NOVILLOS, NOVILLERO

Por óscar Mejía




Valente Arellano, paradigma del novillero

La virgen te cuida. El novillero tiene mucho que ganar y mucho que perder.

Cuando un torero empieza a vestir de luces, de seda y oro y desempeña el oficio de lidiar y dar muerte a novillos bravos en público a la usanza española, se le dice novillero. Es una graduación. Novillo es una res que ha cumplido tres años de vida y va para cuatro.

En el proceso ésta es la etapa de maduración, es cuando se empieza a sentir la responsabilidad del público, cuando se es, joven, fuerte, audaz.

Los riesgos de la profesión se acentúan para el torero que empieza. El exceso de entusiasmo y la falta de experiencia hacen una mezcla explosiva que impulsa al artista a no satisfacerse con nada e intentarlo todo con tal de calmar la sed de expresarse que lo abrasa.

Tiene mucho que ganar el novillero: con el triunfo viene la fama, el dinero, la posición. Tiene mucho que perder: la vida.

La formación profesional para llegar a titularse matador de toros es un trabajo arduo. En los países taurinos el semillero de toreros es constante y las escuelas para aprender a torear no son muchas. En Nuestro país, más que escuelas propiamente dicho, ha habido maestros, quienes se han hecho cargo de perpetuar la técnica y ayudar a su desarrollo y perfeccionamiento.

Rodolfo Gaona con su tutor Saturnino Frutos Ojitos, que lo llevó de la mano como profesional y como persona, establecieron una línea didáctica que tuvo continuidad destacada en la persona de su compañero Samuel Solís y otro importante mentor, El Patatero. Trascendiendo en nuestros toreros en sus principios hasta estos días. Y dado apoyo al sentimiento mexicano, que es el fondo artístico transmitido a las generaciones por figuras tan importantes como Silverio Pérez, Manuel Capetillo, Jorge Aguilar el Ranchero...

La preparación de un novillero generalmente está a cargo de toreros retirados, subalternos o desde luego matadores en activo. Los principiantes se pegan a los maestros para ir formando puntos de referencia propios con lo que observan, con lo que escuchan, para en la primera oportunidad poner en práctica delante del toro lo aprendido y confirmar su validez.

Aunque los consejos y disertaciones de los toreros nutren el saber del novillero, el verdadero maestro es el toro. La técnica del toreo debe refrendarse en la práctica para dominarla. Los conceptos carecen de sentido hasta que se ensayan y se comprueban ante las reacciones de las reses bravas.

Las nociones son muy amplias aunque las bases son estrictas. Los conceptos están inmersos en lo subjetivo aunque los fundamentos no varían.
Intangibles como los terrenos, las querencias y el carácter de los toros, se integran a lo preciso, como cuadrar el capote, como salir adelante, cruzarse o enhilarse. A cuadrar el brazo y no codillear se aprende, las distancias y los terrenos se comprenden… frente al toro.
El toreo de salón propicia la mecanización de movimientos que, cuando están fundamentados, en la cara del toro se confirman, y en el encadenamiento de confirmaciones la seguridad, que evoluciona en valor sereno, va creciendo.

El valor es cualidad indispensable para el torero bisoño, carácter fuerte y decidido que lo lleve a superar el miedo. Contando con que la fuerza interior que nace del placer que se siente al pasarse un toro supera cualquier consideración de riesgo. Es más grande el gusto por torear que el miedo que se siente.

La grey novilleril ha escrito páginas brillantes, emocionantes, estrujantes en la historia del toreo. Para nombrar algunos recordemos a José Laurentino López “Joselillo”, quien por los años 40 fuera muerto en ejercicio de su profesión.

Novilleros llena plazas como Amado Ramírez El Loco, los los famosos tres mosqueteros: Manuel Capetillo, Jesús Córdoba y Rafael Rodríguez, acompañados por Paco Ortiz, Rodolfo Rodriguez "El Pana", entre otros.
El abanderado novilleril de la década de los 80 se llamó Valente Arellano, novillero por antonomasia, en quien se reunieron las más caras cualidades de valentía y carisma. Dueño de sorprendente intuición, creativo y pleno de taurina vibración.
Llenó todas las plazas del país, todas incluyendo la Monumental México, así como las expectativas de los aficionados. Apuntaba Valente muy fuerte para ser la figura de la época, hasta que a poco de recibir la alternativa en Monterrey, víctima de la velocidad en motocicleta se convirtiera en el héroe joven de la torería mexicana, al perder la vida.

Así año con año, cuando la primavera florece, cuando se les da turno a los novilleros en la plaza más grande del mundo, la esperanza brilla en cielo de los aficionados a la más bella de todas las fiestas, deseando que aparezca por esa puerta de cuadrillas el que cautive a las masas, haga suyo ese estandarte de la torería y sepa llevarlo con orgullo y dignidad hasta muy alto y perpetuar la tradición de arte, inteligencia, hombría y grandeza, que lleva en su contenido el ser torero.

Por esta vez, remato en los medios…


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